
Porque aquí estamos, defendiendo lo nuestro, hablando nuestras lenguas, respirando el aire de
nuestras montañas, consumiendo lo nuestro, defendiendo nuestros sueños y bailando nuestras
danzas, llevando en cada paso el orgullo de una historia que nos pertenece, una herencia que
otros intentan imitar, pero jamás podrán hacer suya.